El torno es una herramienta que ayuda a dar forma a la arcilla en el proceso de la cerámica artesanal; el torno es una máquina giratoria. El alfarero debe colocar la arcilla en el centro del torno, limpio y seco, y hacerlo girar. Existen tornos eléctricos y otros se hace girar con un pedal. Es un proceso que requiere práctica, ya que lo que hace el torno es lanzar la pasta de arcilla hacia fuera mientras las manos la van controlando, dando forma y modelando lentamente, al ritmo más adecuado para cada artesano.
El torno ayuda a crear formas de desarrollo circular con un perfil regular. En cerámica, y sobre todo en alfarería, se trabaja con pastas cerámicas, para construir un objeto con el torno, existen tres tareas diferentes:
- Torneado del cuerpo del objeto. El proceso comienza con el amasado, sigue con el centrado, apertura del agujero interior, elevación de la arcilla para formar un cilindro, dar forma al cilindro y extracción de la pieza del torno. Después dejaremos que la pieza torneada se seque lentamente, cubriéndose con plástico.
- Retorneado. Es cuando las piezas torneadas se encuentran en “dureza de cuero”: En esta fase se vuelve a centrar la pieza torneada en el torno y se utilizan vaciadores para perfeccionar las formas torneadas.
- Torneado, retorneado y ensamblaje de adornos y elementos accesorios (tapas, pedestales, asas). Se utilizan pequeñas piezas de refuerzo para las uniones entre las distintas partes.
Si se están torneando objetos de forma repetitiva u objetos pequeños, es muy habitual utilizar una pella de arcilla mucho más grande que lo que necesitaríamos para hacer un objeto. De esta forma, se pueden ir creando varios objetos al mismo tiempo, pueden ser tapas o cuencos pequeños.
Otro método para tornear el exterior o el interior de un plato, bol, taza, es utilizar un brazo mecánico con una plantilla. La plantilla está recortada y ajustada al perfil de la pieza que se está realizando. Se hace de un material resistente y delgado como plástico duro, madera o metal.