La cerámica se inventó cuando para las primeras civilizaciones de agricultores del mundo fue necesario contar con un recipiente para almacenar el excedente de las cosechas, la civilización en Mesopotamia, durante el periodo neolítico, 8 mil años antes de nuestra era.
Los primeros recipientes de barro se modelaban a mano, y se secaban al sol o cerca del fuego; poco a poco se fueron descubriendo las posibilidades del barro y los hombres empezaron a decorar los recipientes con motivos geométricos con incisiones de pasta blanda.
Cuando se descubrió el fuego se descubrió que la arcilla se podía calentar con él, y así adquirir resistencia e impermeabilidad. Entonces se empezaron a crear objetos de decoración personal y religiosos.
La cerámica es una de las producciones artesanales e industriales más antiguas, es un producto inherente al ser humano, no seríamos lo que somos sin haber descubierto la cerámica.
A partir de ese momento, las técnicas para la elaboración de cerámica fueron cambiando y desarrollándose para crecer con las distintas civilizaciones que nos anteceden, quienes usaron la cerámica para dejarnos vestigios de sus culturas; en los diferentes objetos cerámicos podemos encontrar muestras de la historia de las antiguas civilizaciones y de sus culturas, lo que nos ayuda a conocerlas y entender el pasado. Gracias a los restos cerámicos hallados en las excavaciones, los arqueólogos pueden reconstruir la historia.
La arcilla roja fue la utilizada en la alfarería tradicional, es poco resistente a la congelación y a las bajas temperaturas, es por ello que no se recomienda para uso de piezas de exterior. Una de las obras más famosas e increíble elaborada con arcilla roja son los 8 mil guerreros de terracota del mausoleo Qin Shin Huan de China.
Por otro lado la arcilla mimbre o loza es una pasta de color blanco que se utiliza para la elaboración de vajillas; es más económica que la porcelana, por lo que es el material preferente para vajillas económicas. Su color blanco se debe a un alto contenido de caliza, es de alta porosidad y por ello soporta mucho peso.
Y finalmente, la porcelana también se fabrica con una arcilla, que es de mayor calidad, es más fina y delicada, translúcida y muy suave al tacto, es más compleja para trabajarla, pues se fabrica a una temperatura más alta, de 1250 °C. Es de color blanco por su composición (mitad caolín, una cuarta parte cuarzo y una cuarta parte feldespatos), y por ellos las vajillas de porcelana son más valiosas.
La porcelana es originaria de China, gracias a su baja porosidad ofrece mayor resistencia y dureza que la cerámica, la porcelana está creada con la única arcilla que vitrifica cocida, por lo que el poro queda completamente cerrado, y así una pieza de porcelana puede contener líquido sin necesidad de estar esmaltada.
La cerámica no ha dejado de evolucionar. Desde los primeros artesanos que confeccionaban piezas utilitarias para cocinar o adornarse hasta hoy, los ceramistas hemos recorrido un largo camino. Actualmente, pensar en cerámica es pensar en piezas que ya sean utilitarias o no, siempre nos sorprenden por sus cualidades técnicas y artísticas.